Los periódicos son perreras para perros, traduzione Carlos X Blanco

Los periódicos son perreras para perros, traduzione Carlos X Blanco

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Conflitti&Strategie (GP)

Ahora está claro que la vida de un perro cuenta más que la de un niño palestino. Tanto es así que uno de los principales periódicos italianos, el Corriere della Sera, considera noticia el regreso a casa del perro Billy, “secuestrado por Hamás” y traído de vuelta por un soldado israelí. Mientras los civiles mueren bajo las bombas en Gaza, el periódico nos cuenta la conmovedora historia de un perro que regresa a casa en los brazos de un soldado que, tal vez, unos minutos antes, mató a un centenar de niños palestinos.
Es el mismo periódico en el que escriben editorialistas como Mieli, Galli della Loggia, Grasso, aquellos que desde hace años pretenden dar lecciones a los italianos sobre cultura, historia, política y moral. Sin embargo, al leer ciertos artículos, uno tiene la impresión de que pertenecen más a una perrera que a una redacción periodística.
Detrás de este tipo de información están los grandes grupos industriales y financieros italianos, fieles servidores de Occidente. El Corriere es propiedad de RCS MediaGroup, controlado por Cairo Communication, Exor(es decir, la familia Agnelli), Unicredit y, en parte, también por gigantes financieros mundiales como BlackRock y Vanguard. No se trata pues de una información gratuita, sino de un producto de sistema, creado por empleados que responden ante responsables muy concretos.

La llamada “línea editorial” es en realidad un auténtico “nombre de empresa”. Estas empresas son “fábricas”, o cadenas de montaje donde se ensamblan y distribuyen productos en forma de hechos, bien empaquetados para el mercado, como cualquier otro producto. Detrás de estas noticias casi siempre hay multinacionales, que luego las difunden a través de periódicos gemelos en los distintos países del área de referencia. Por ejemplo, esta tontería no llega a China, donde, irónicamente, los perros todavía lo comen con gusto.

El problema es que ya nadie compra periódicos. Pero estos productos siguen circulando, gracias a mil canales, televisiones, redes sociales, newsletters, publicidad, influencers, programas de entrevistas, todos, obviamente, de propiedad privada o vinculados a partidos estatales. Es una información que se impone, no se elige. No habla de libertad ni de democracia; o mejor dicho, la libertad y la democracia son sólo el envoltorio de estos productos cada vez más de mala calidad, que sólo buscan impulsar una versión de los hechos: la que es útil a quienes tienen los medios para invertir en ella.
Y así, en medio de una masacre, el “periódico perruno” nos conmueve con la historia de un cuadrúpedo, artísticamente empaquetado, ignorando la tragedia humana que está ocurriendo. Luego son siempre los mismos periodistas, encaramados en las columnas de esta prensa llamada “autorizada”, quienes deciden qué es verdad y qué no. Debord tenía razón: en nuestra sociedad, incluso lo verdadero es sólo un momento de lo falso.

“El periodismo, en lugar de ser un sacerdocio, se ha convertido en un instrumento para partidos; de instrumento, se ha convertido en comercio; y, como todo comercio, carece de fe y de ley. Todo periódico es una tienda donde se venden al público palabras del color que se necesita. Si existiera un periódico jorobado, demostraría de la mañana a la noche la belleza, la bondad y la necesidad de los jorobados. Un periódico ya no está hecho para ilustrar, sino para adular opiniones. Así, todos los periódicos serán, en un espacio de tiempo dado, viles, hipócritas, infames, mentirosos, asesinos; matarán ideas, sistemas, hombres, y por esa misma razón prosperarán. Tendrán las ventajas de todos los seres racionales: se cometerá el mal sin que nadie sea culpable… Napoleón dio la razón de este fenómeno moral o inmoral, como se quiera, con una frase sublime que le dictaron sus estudios sobre la Convención: los crímenes colectivos no los comete nadie.”
(Honoré de Balzac)

http://www.conflittiestrategie.it/i-giornali-sono-canili

Traducción: CXB.